lunes, 21 de septiembre de 2009

Profesion y Gremio


La profesión y organización gremial
Desde que el hombre existe, su agrupamiento ha sido innato. La historia señala que los primeros hombres formaban pequeños grupos ante la necesidad que tenían de organizarse para sobrevivir. Si consideramos que, por organización gremial, podemos entender la integración de un grupo de personas que se caracteriza por la necesidad permanente de comunicación e interrelación entre ellos, en la cual sus integrantes conocen el papel que debe desempeñar cada uno y la interdependencia de las diversas responsabilidades del grupo, puede entenderse por qué la asociación profesional ha constituido un elemento táctico dentro de la lucha que sostienen las profesiones para obtener mayor autonomía y reconocimiento social.
Asociarse significa una responsabilidad por medio de la cual, el asociado se compromete a trabajar y defender los intereses de la agrupación. La importancia de asociarse representa para cualquier gremio, tener la posibilidad de levantar la voz para formular sus metas, ejercer presión como grupo, proteger sus intereses y encontrar planteamientos y soluciones a problemas determinados (Verdugo, 1991). La organización gremial está ligada directamente con el desarrollo de las profesiones actuales. El hecho de que un individuo se desarrolle en una sociedad plural implica interactuar con grupos diferentes en intereses, características, propósitos y finalidades.
Como consecuencia, tiende a relacionarse con otros individuos en grupos o sociedades que se organizan libremente para la gestión y consecución de algunos intereses comunes, con el propósito de estar en mejor posición de defenderlos ante la sociedad en general, el Estado y otros en particular. En la década de los años treinta, Carr-Saunders y Williams establecieron, como motivaciones que llevan a los individuos para formar agrupaciones profesionales: a) la definición de una línea de demarcación entre personas calificadas y no calificadas; b) el mantenimiento de altos niveles de carácter profesional o práctica honorable; c) la elevación del estatus del grupo profesional; y d) el deseo de la profesión de ser reconocida por la sociedad como la única plenamente competente para realizar su tarea particular.
El origen de los colegios se instituye como una asociación de utilidad colectiva y pública, ya que establece deberes de sus agremiados con la sociedad y el Estado, proporcionándoles protección, promoviendo su elevación moral y cultural, además de definir sus obligaciones y sus derechos. En general, los colegios de diferentes profesiones siguen el modelo establecido desde hace siglos por las asociaciones gremiales europeas. Estas corporaciones se caracterizan por defender y reglamentar el cumplimiento de intereses de carácter privado y ejercen una autoridad pública, asumiéndose como un conjunto de personas que comparten intereses comunes en relación con un oficio, ocupación y profesión, y buscan acceder a ciertos derechos de carácter privado y público (Pontón, 1997).
Puede afirmarse que existen dos modelos de asociación profesional, uno de ellos representado por los países anglosajones, Estados Unidos e Inglaterra, en donde las agrupaciones son independientes del Estado; y otro que se desarrolla al amparo de éste, como el caso mexicano, en el cual los profesionistas han adoptado diversas formas de organización, una de ellas son los colegios de profesionistas. Tomando en cuenta el origen de las asociaciones profesionales, a estos grupos les correspondería velar por los intereses de la profesión, impulsar la legislación que la normará, promover el desarrollo de sus miembros y determinar quién puede o no ejercerla, entre otras actividades.
Sin embargo, en el caso particular de las asociaciones y colegios de profesionistas mexicanos, éstas se han caracterizado por tener un desarrollo al amparo del Estado buscando una protección para favorecer los intereses de la profesión misma. Los grupos más importantes han estado ligados a partidos políticos, grupos informales de individuos que se deben lealtad mutua, asociaciones de exalumnos universitarios, sindicatos obreros y grupos con intereses propios dentro de las dependencias gubernamentales (Cleaves, 1985). En términos generales, las asociaciones profesionales en México no definen el cuerpo básico de conocimientos de su campo que tendría que ser enseñado en las instituciones de educación superior, no establecen propuestas normativas para la profesión, tampoco regulan el ingreso a ella, no moderan las iniciativas personales ni facilitan la búsqueda de empleo; en términos generales, estas agrupaciones solamente ofrecen oportunidades para la expresión social, obtener un cierto prestigio, adquisición de material documental, participación en seminarios o reuniones ocasionalmente.

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